Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real

Maika Ávila
Maika Ávila

¿Es la renuncia la única forma de conciliar? ¿Son las mujeres las únicas que asumen el problema de la conciliación? ¿Cómo formar una familia si no se puede ni pagar el alquiler? ¿Qué pasa con las necesidades del bebé?
¿Tienen derecho a conciliar los que no tienen hijos? Las respuestas conforman la ecuación del día a día. La búsqueda permanente por conseguir equilibrar una balanza de hijos, familia, trabajo, amigos, cuidados e intimidad.

En Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real, la periodista Maika Ávila entrevista a especialistas en sociología, pediatría, psicología, antropología, empresa, política… Repasa su propia experiencia, analiza el contexto actual e invita a la reflexión, porque sabe que la solución no va a llegar de golpe, pero que un cambio social es necesario. Y urgente. Una revolución en busca de la conciliación real.

«Sin revolución no habrá cambio. Y, sin cambio, no habrá verdadera libertad».

Incluye entrevistas a Álvaro Bilbao, Carlos González, María Jesús Álava, Marta Sanz, Teresa Castro, Rosa Jové, Leila Guerriero, María Pazos, Patricia Merino, Ibone Olza, Beatriz Gimeno, Carolina del Olmo, José Luis Casero y Marga León.

Conciliaqué
ISBN: 978-84-948439-8-3
Tamaño: 14 x 21 cm. Rústica
Encuadernación: -
Páginas: 304
Categoría:

17,00 

Maika Ávila

Maika Ávila: nació en Granada en 1977, aunque ha vivido más tiempo en Madrid que en ningún otro sitio. Curiosa a más no poder, su abuelo Juan de Dios le decía de pequeña: «Tú haces muchas preguntas, vas a ser periodista y de las buenas». Lo recordó un día cualquiera cuando estudiaba Periodismo en Málaga. Y lo recordaba cada vez que pisaba una nueva redacción, escribía un reportaje o decía la hora, una menos en Canarias, antes de hacer un boletín informativo. La radio en la venas y la adrenalina del directo que ahora se transforma en últimas horas digitales en la web de la Cadena SER. Sintió una soledad vital inédita durante el permiso de maternidad. Cuatro de las dieciséis semanas las cedió a su pareja. La crianza llegó como un torbellino hasta que se instaló como forma de vida. Creció con la división del azul para niños y el rosa para niñas y se horrorizó al comprobar décadas después que el estereotipo seguía vigente. Como buena curiosa, las dudas crecen a la vez que lo hace su hija. Cree que ganarse la vida y disfrutar de ella deberían convivir en equilibro. Y que si queremos derechos habrá que exigirlos como sociedad.